¿No sin mi selfie?
- ivanferrer
- A 21/05/2019
Soy un fan del desorden que se genera tras una victoria épica o la consecución de un campeonato. Me encantan, tras el pitido final del árbitro, las carreras de los vencedores hacia ninguna parte, los lloros de emoción, los abrazos, las montañas de deportistas enloquecidos, de los gritos que expulsan toda la tensión acumulada como un dragón, los cánticos estúpidos. Se trata de un estallido de espontaneidad que, por mucho que te imagines, lo supera con creces la realidad del momento. Todos esos detalles, que ejemplifican la pura alegría, son los que te llevas para siempre como un recuerdo imborrable.
Por esta razón me cortocircuita el palo selfie que estuvo presente durante la ceremonia de entrega de la Champions que recibió el Olympique de Lyon. En primera fila y al lado la infinita Ada Hegerber, van de Sanden se dedicó a grabar, mientras Marozsan levantaba la Copa al cielo del estadio del Ferencváros en Budapest. No sé si es por las ganar de retransmitir lo vivido desde dentro, pero a mí me resta espontaneidad. Es un signo inequívoco de los tiempos: lo que vives hay que mostrarlo en el escaparate global que constituyen las redes sociales. Me suena a un “voy a preparar una pieza para redes sociales”. No sé, creo que cuando la palmemos no podremos revisar nuestras grabaciones y selfies antiguos… o tal vez sí y estaremos entretenidos hasta que llegue el armagedón…
¿Necesitas grabar tus momentos de grandeza? ¿O estás ya hasta el moño de tanta fotito?
photo credit: MTSOfan Katie and Janice via photopin (license)
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