¿Te juegas la vida por ir a entrenar?
- ivanferrer
- A 25/09/2019
Me encantaba jugar al fútbol de pequeño. Primero me llevaba mi padre en coche, después fui solo. Recuerdo esa sensación de autonomía cuando salía del colegio para ir al ya extinto campo de Magoria (pasto de un ambulatorio y varios monstruos de viviendas). En torno a un cuarto de hora de plena libertad en el que decidía el trayecto y si hacer o no alguna parada técnica. Recuerdo con mucho cariño el principio y fin de temporada, momentos del año en los que entraba en una panadería para pedir un Burmar Flax. Era un momentazo en el que concentrarme en esos sabores tan artificiales como limón, naranja o cola. Y sin ninguna llamada ni alerta de móvil que molestarme. Nunca tuve sensación de peligro, iba centrado en mis pensamientos, sin injerencias externas.
Toda esa nostalgia se tiñe de negrura, pesadumbre y tristeza, cuando pienso en mujeres afganas cuyo trayecto a un entrenamiento se convierte en una acción altamente peligrosa. No me imagino cómo debe ser arriesgar tu vida por una afición sana cuya presión social y popular la demoniza absoluta y totalmente. Por ello, una mujer que reivindica la igualdad y la libertad a través de cualquier vía disponible (como en este caso es el deporte) es una heroína. Una persona que, en vez de callar y bajar la cabeza, alza su voz y actúa para reivindicar su realidad y luchar por su futuro. Eso es fútbol y lo demás son tonterías…
¿Estarías dispuesto a jugarte la vida por el deporte?
photo credit: Walimai.photo Clear and Present Danger via photopin (license)
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