¿La pereza le puede a tu color de piel?
Cuando eres pequeño concibes tus ídolos como figuras dotadas de superpoderes deportivos teñidos de una capa multicolor de inteligencia, bondad, altruismo y justicia. Pero con la edad te acabas dando cuenta que existen jugadores íntegros, pero otros tantos cuyo cerebro está situado en el borde del abismo. Algunos son protagonistas de sus decisiones y otros son meros títeres de sus agentes y presidentes, al servicio de la causa que le dicten, aunque no la comprendan demasiado bien. Este «selecto» grupo de futbolistas, entre los que se encuentra el ilustre Vinicius, está formado por pobres zombies detrás de un balón, como único motor vital.
Lo que fue una situación que iba a cambiar el rumbo de la historia en el mundo del deporte mundial (con detenciones exprés incluidas), ahora se ha demostrado que fue una mera demostración de fuerza blanca, acompañada de una escenografía fascistoide en el Bernabéu.
Supongo que ni todo el dinero que llevará implícito el nuevo contrato de Vinicius podrá elevar el bajo y rastrero nivel de sus valores. Si tan grave era lo que le sucedió en Mestalla (que no lo pongo en duda, pero que se aplique por igual a todas las situaciones acaecidas en el fútbol profesional español), supongo que podría sacrificar alguna que otra hora de su tiempo para declarar por videoconferencia (a un millonario le montan una estación NASA para conectarse en diez minutos). Pero entre la pereza, el desinterés y el poco cerebro que tiene el brasileño, supongo que no tiene fuerzas ni para levantarse de la cama…
Pero lo más grave del tema es que la justicia que tan rápido actuó en esta situación en concreto, ahora atiende a sus peticiones vacacionales. Vergüenza de Juzgado de Instrucción número 10 de Valencia.
Mierda de fútbol, basura de justicia, vómito de país. Así nos va…
¿La desidia destroza tus ansias de justicia?
Imagen de photosforyou en Pixabay
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