¿Das la talla en la derrota?
La verdad que nunca había visto tal nivel de pasión en torno a una carrera de motos. Teníamos comida familiar en casas de los padres de mi mujer. Se me pusieron los ojos como platos cuando vi que mi suegra -que no habla de deporte porqué «yo de eso no entiendo»- se venía arriba, acusando a Valentino de pegarle una patada a Marc y tirarlo de la moto. Ahí estaban los fans de Rossi, que lo veían diametralmente diferente. Incluso alguien llegó a hablar de «intento de asesinato» por cómo podría haber acabado Márquez tras el incidente…
El ágape empezó, como no podría ser de otra manera, tras la carrera. El italiano salía en la novena línea de salida, en última posición. Hizo todo lo que estaba en su mano. Desde que el semáforo se puso en verde, empezó a pasar como un loco a casi todos sus oponentes. Remontó 22 posiciones de forma épica, pero no fue suficiente. En su calculadora no salían los números, ya que Lorenzo iba primero, seguido por las dos Honda. Se desfondó y murió en la orilla.
Y nada más llegar estalló ante los micros: “Jorge se merece el campeonato, pero no es un campeonato verdadero. Lorenzo no debería estar tan contento”. Siguió estirando el chicle de la conspiración judeo-masónico-hispana. Jode cuando te quedas a milímetros del objetivo, pero hay que estar ahí para perder en el último momento. Creo que está tan estigmatizado socialmente el segundo -catalogado como el primer de los perdedores- que Valentino no quiso recoger su trofeo de subcampeón en la gala de la FIM. Una fiesta en la que tantas veces estuvo abonado, pero que ahora que no gana no le interesa lo más mínimo…
¿Es una desgracia acabar segundo? ¿Si te parece la situación injusta mejor no ir a recoger la copa? ¿O hay que dar la talla también en la derrota?
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