¿Cambias el fútbol por la Patrulla Canina?
Sábado por la tarde. Tenemos por delante una velada entretenida: hinchables a partir de las cuatro y espectáculo de la Patrulla Canina a las siete. El día invita a estar al aire libre para disfrutar de una primavera que, en breve, se va a convertir en un abrasador verano. Parece que acertamos, ya que este fin de semana largo decidimos ir de tienda de campaña. Tras el primer round decidimos volver a la tienda, para reponer fuerzas y descansar un rato.
Anna desapareció con la bici y volvió informando que el Barça ganaba 0-1. La verdad que yo no tenía previsto ver el partido, pero mi hija me insistió tanto que acabamos en el bar del camping, delante de la tele. El partido no tuvo ningún tipo de historia, más allá del título de liga en juego. El Barça metió el segundo y, antes de que Suarez marcara su hat-trick, nos fuimos rápido para coger sitio y que Oriol pudiera ver a sus perros preferidos.
Fue la actuación más surrealista que he presenciado en mi vida. Aparte que empezó 20 minutos tarde (había padres a punto de estrangular a sus hijos y viceversa), hubo un follón con el sonido increíble. Tengo el convencimiento que el técnico de sonido era la primera vez en su vida que veía una tabla delante suyo. El micro de Ryder no sonaba, se colaron un par de canciones, como la de El taxi, muy adecuadas en horario infantil. Las voces de los perros (aparecieron solo dos peluches gigantes, Marshall y Chase, supongo que el presupuesto no daba para más personajes) se entrecortaban y los niños no entendían nada. El clímax fue cuando pidieron a todos los peques que bailaran juntos al son de Danza Kuduro (entiendo que los Royalties de la sintonía de los dibujos animados pasaron de pagarlos). Mi mujer y yo nos mirábamos, descojonados de la risa… Decidimos que llegó el momento de irse cuando invitaron a los asistentes a hacerse fotos con los perros gigantes. Hubo tal avalancha que parecía una jauría de hienas en busca de carne fresca. Desconozco si los disfraces acabaron enteros, pero seguro que les dieron las uvas con tanta petición de selfie…
No sé si es que uno con la edad pierde la pasión por el deporte como espectador o porqué sencillamente han cambiado mis prioridades; cambié un Campeonato de Liga por hincables y la Patrulla Canina…
¿Con los años cambian tus prioridades? ¿O lo más importante siempre está ahí, en la pole position, hasta el fin de los días?
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