¿Se te va la olla?
El deporte te pone muchas veces a mil revoluciones. Y, en ocasiones extremas, puede llegar a explotarte el velocímetro en las narices. Y la rabia extrema que te corroe por dentro, al no salirte las cosas como quieres, te empuja hacia dimensiones muy oscuras. Dimensiones en las que te muestras como un auténtico lerdo inconsciente. Momentos en los que entras en un estado estúpido de enajenación en espiral que te lleva hacia un agujero negro. Y de algunos elementos cósmicos es imposible salir, ya que te persiguen siempre, como una segunda piel de la que no te puedes deshacer nunca…
Romano Fenati traspasó cualquier límite imaginable accionando el freno delantero de un rival en plena carrera. Espero que la vida le dé una segunda oportunidad, pero nunca encima de una moto.
Sin alcanzar ningún nivel de peligrosidad, Serena Williams perdió los papeles en la final del US Open, montando un espectáculo lamentable y tapándolo de un manto de desigualdad de género. Su ego herido, encima, le privó a la ganadora Osaka, de disfrutar de su triunfo con el ambiente enrarecido que generó.
Instantes que dejan desnudo al deportista y que reflejan su personalidad, aunque lo quieran disfrazar de momento de experiencia extracorporal, en la que dejan de ser ellos mismos por unos segundos… ¿Qué mala es la potencia sin control?
¿La adrenalina te pierde en ocasiones? ¿O eres de los que lleva la deportividad hasta el final?
photo credit: annalibera No knead bread (Pan sin amasado) via photopin (license)
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