¿Eres prisionero de los demás?
Andy Murray, el número 4 del ranking ATP, está siguiendo la Copa Masters desde la barrera. Por palmarés tenía derecho a estar bajo los focos del O2 Arena, pero su cuerpo no le ha acompañado. La maldita espalda le ha torturado los dos últimos años, hasta el punto que ha tenido que pasar por el quirófano. Pero no cuando él pretendía, después del US Open…
Tras renunciar dos años a participar en eliminatorias de Copa Davis con Gran Bretaña, llegó el caramelito envenenado en septiembre. Era inconcebible -en la vuelta a la primera división del Grupo Mundial- que fallara el mejor tenista británico que ha dado la historia, tras Fred Perry en la década delos 30. Y el entorno empujó, apretó, presionó… o al menos era lo que Murray percibió. Y el tenista jugó todo lo que se podía jugar (sus dos partidos de individuales y el de dobles)… Y es que ya se sabe, el honor de la Islas estaba en juego y su estandarte tenía que estar al frente…
Y ganó Murray, y Gran Bretaña pasó de fase de forma solvente, pero fue una auténtica pesadilla. Necesitó tratamiento constante; mañana, tarde y noche. Por miedo a ser tildado de antipatriota se autoinmoló y aún lo está pagando. Parece que esta semana empezará a pelotear, pero aún no sabe si podrá competir en el Open de Australia, primer Grande de 2014.
¿Eres lo que quieres ser o lo que tu entorno quiere que seas? ¿Pesa más tu visión de la realidad o lo que tú crees que los demás piensan de ti? ¿Eres esclavo del juicio de los otros? ¿Necesitas autoinmolarte para conseguir la aprobación de los demás? ¿Qué es más importante, el compromiso contigo mismo o con los demás?
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