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Deportes y Comunicación | May 18, 2024

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¿Matas la pasión de los aficionados?

¿Matas la pasión de los aficionados?
ivanferrer

Consumo deporte por televisión desde que tengo uso de razón y tengo el total convencimiento que pocas competiciones hay más emocionantes que una final a cuatro continental. Es la culminación a meses de duro trabajo, que cristaliza en tres electrizantes partidos (el del tercer y cuarto puesto me lo cargaría al 100%) que acaban dirimiendo al rey de Europa. Son partidos a todo o nada, en el que el corazón arrastra mucho pero la cabeza acaba ganando en la mayoría de las ocasiones.

Se debaten dos modelos exitosos: el de la Euroliga de baloncesto y el de la Liga de Campeones de balonmano. El primero es itinerante, con atractivas sedes que aseguran llenos de unas aficiones que están entregadas como si del fin del mundo se tratara. El segundo, con un nivel de éxito rotundo, se ha anclado en una sola ciudad que respira balonmano por todos los poros de su piel. Colonia es el epicentro de la batalla final, desde hace 14 años.

Pero siempre existe el listo de turno, quien pretende ir por el camino del medio, optando por un modelo desastroso para la emoción en las gradas. La Final Four de fútbol sala se disputa este fin de semana en Armenia. Lo curioso del tema es que los protagonistas son Palma, Barça, Sporting de Lisboa y Benfica, equipos procedentes de España y Portugal (situados en la otra punta de Europa). En la pista, en semifinales, indudablemente, ha habido emoción total; pero las gradas parecen repletas de asistentes a la Ópera de Viena, concentrados y silenciosos.

Bajo mi punto de vista, una final sin pasión en las gradas es menos final…

¿Crees que es importante que la sede final facilite el desplazamiento de aficionados?

Imagen de Jorge Guillen en Pixabay

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