¿Sales adelante gracias al deporte? - Episodio 3 (y chimpún)
En esta vida se visualiza, muy a menudo, cómo son los principios, La mente imagina, con todo lujo de detalles, la entrada en un nuevo sitio, equipado con máxima energía, esperanzas e ilusión. No sé si fue una estrategia acertada, pero desde el primer día de clase me protegí, sosteniendo ante mis alumnos que hacía 5 años que era profesor (para ocultar que era novato y evitar que me pusieran las cosas más difíciles de la cuenta).
Pero, por contra, casi nadie piensa de qué manera va a ser la salida, el final de cualquier empresa, proyecto, experiencia vital o relación humana. En ese epílogo hay pérdida, cambio, balance, tristeza o, en ocasiones, liberación. Por las condiciones que se dieron en mi sustitución, supe que mi etapa acabaría el 30 de junio pasado.
Desde la vuelta del parón de semana santa ya me iba rondando por la cabeza que quería despedirme como la ocasión merecía y lo preparé. A medida que se acercaba la caducidad de mi sustitución me iba invadiendo un sentimiento de gratitud por el curso vivido, mezclado con la tristeza que te inunda tras un concierto increíble que llega a su última canción.
Le escribí una misiva a mi mujer para agradecerle el apoyo en este salto al vacío que he iniciado con 47 años; sin su calma y confianza nada hubiera sido posible. El cierre con mis compañeros de departamento de Castellano (de categoría humana y laboral sublime) y con un par de docentes con los que conecté mucho fue muy especial, rememorando por escrito momentos especiales e íntimos que vivimos a lo largo del año. Y con los alumnos de 4º, con los que conecté mucho, hice un círculo de palabra en el que cada alumno explicaba lo mejor y lo peor que les había pasado durante el curso. Al acabar les leí un carta que había preparado para la ocasión, en la que les explicaba que era la primera vez que daba clases. Fue tan emocionante que no pude evitar acabar llorando con algunos de ellos.
Este curso, irrepetible, ya se ha ido. A muchos de esos alumnos no los voy a volver a ver nunca más, pero ese final mágico me lo llevaré para siempre…
¿Te gusta preparar los finales? ¿O solo te preocupas de los inicios?
Imagen de Hans Hansen en Pixabay
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