¿Siempre ha de ser así?
Siempre existen dos elementos de tensión en cada tema importante que sucede: como a ti te gustaría que fueran las cosas y como los demás creen que tienen que ser. Y cuando las visiones son muy dispares o sufre tu ego o tu imagen. Es imposible que todo quede a salvo. En esa tesitura me he encontrado, en alguna ocasión, con mi madre al aparecer en un entierro con colores llamativos. El código social dice que hay que asistir a un funeral de negro u oscuro, y a ser posible más elegante que tiradillo. Siempre me ha parecido una gilipollez tanto paripé cuando el más importante está dentro de una caja o una urna hecho cenizas y ya no puede verte, escucharte, ni abrazarte.
Como las cosas que suceden con normalidad pasan por delante de nosotros de forma casi imperceptible, transparente, cuando hay una nota discordante surge la sensación disruptiva, que algo falla. Todo ello amparado por el cutre, más que manido y clásico “es que las cosas siempre se han hecho así”.
Y las retransmisiones deportivas no son ajenas a este fenómeno vital. La novedad, a veces, chirría. Los comentaristas de Chess24 retransmitieron la conclusión del mundial de ajedrez como si se tratara del triple ganador de Steven Curry en las series finales de la NBA. Ese tiro que le daría el anillo de campeón, al estilo del malogrado Andrés Montés. Nico Abad tampoco se queda corto, narrando las motos como si se tratara de la final de la Champions. Demasiado teatral, dramático y desgarrador, para mi gusto. Hasta tal punto que ha acabado siendo una caricatura de sí mismo…
¿Te descolocan las innovaciones? ¿O las cosas que se hacen como siempre solo tienen cabida en los libros de historia?
photo credit: Rafael Edwards Templo de Heracles via photopin (license)
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